Resumen con spoilers de: Sacrificio (1986) de Andrei Tarkovski (Offret)
Duración: | 145 min. |
Dirección: | Andrei Tarkovski |
Guion: | Andrei Tarkovski |
Fotografía: | Sven Nykvist |
Música: | Johann Sebastian Bach |
Reparto: | Erland Josephson (Alexander), Susan Fleetwood (Adelaide), Allan Edwall (Otto), Guðrún S. Gísladóttir (Maria), Sven Wollter (Victor), Valérie Mairesse (Julia), Filippa Franzén (Marta), Tommy Kjellqvist (Gossen). |
Sacrificio (1986), dirigida por Andrei Tarkovski, es una obra cinematográfica que profundiza en temas espirituales y filosóficos a través de la historia de Alexander, un hombre que busca encontrar sentido en medio de una crisis inminente. La película se desarrolla en una isla de Gotland, donde Alexander vive con su familia en una casa que simboliza su refugio y su esperanza, en un momento en que la amenaza de una guerra nuclear parece inevitable y devastadora. La narrativa se centra en su lucha interna por mantener la fe y la esperanza, mientras enfrenta recuerdos, dudas y la posibilidad de la destrucción total del mundo.
Desde el inicio, la película presenta un ambiente introspectivo y simbólico, donde los personajes reflexionan sobre sus vidas, sus fracasos y su relación con Dios. La banda sonora de Bach y la cinematografía de Sven Nykvist refuerzan la atmósfera de belleza y angustia, creando un escenario donde lo espiritual y lo terrenal se entrelazan. La historia se convierte en un acto de búsqueda de redención, en el que Alexander busca un acto de sacrificio personal para salvar su alma y la de sus seres queridos, en un mundo al borde del colapso.
La llegada de la crisis y la decisión de Alexander
La película comienza con Alexander en su hogar, donde se muestra como un hombre reflexivo y atormentado, que vive con su esposa y su hijo pequeño. La tensión crece cuando recibe noticias de que una guerra nuclear es inminente, y que la amenaza de destrucción total se acerca rápidamente. La incertidumbre y el miedo se apoderan de la familia, pero Alexander, en su interior, busca una forma de encontrar paz y de enfrentar la catástrofe con fe. Entonces, en un acto de determinación, decide que debe hacer un sacrificio para salvar a su familia y a sí mismo, creyendo que esa acción puede cambiar el destino.

Mientras tanto, Alexander comienza a meditar sobre su vida, sus errores y su relación con Dios, en un proceso que lo lleva a recordar momentos del pasado y a cuestionar su fe. En ese contexto, se le aparece la figura de María, que simboliza la esperanza y la protección divina, y también rememora la historia del árbol plantado por su hijo, que representa la continuidad de la vida y la esperanza en medio de la destrucción. La tensión crece cuando Alexander se enfrenta a la idea de que debe actuar rápidamente, y que su decisión puede tener consecuencias irreversibles.
La preparación para el acto de sacrificio
A medida que la amenaza de guerra nuclear se acerca, Alexander se dedica a preparar su acto de entrega y fe. En ese proceso, decide quemar su propia casa como símbolo de renuncia a lo material y de compromiso con un acto de amor y redención. La escena en la que Alexander prende fuego a su hogar es intensa y simbólica, pues representa su deseo de purificación y de liberarse del miedo a la destrucción. La acción también refleja su esperanza en que, a través de ese sacrificio, puede salvar algo más grande, como su alma o la posibilidad de un mundo mejor.
Durante estos momentos, la película muestra escenas donde los personajes reflexionan sobre sus vidas y sus fracasos, en un ambiente donde la culpa y la redención se entrelazan. La figura de su esposa, que también busca consuelo y sentido, se convierte en un apoyo silencioso, mientras que su hijo pequeño simboliza la inocencia y la continuidad de la vida. La tensión crece cuando Alexander se enfrenta a la decisión definitiva, sabiendo que su acto puede ser visto como una traición a sus propios miedos o como un acto de fe en la esperanza.
La noche del sacrificio y la revelación
En la noche en que Alexander decide quemar su casa, la tensión alcanza su punto máximo. Mientras tanto, en la oscuridad, se escuchan sonidos de la naturaleza y ecos de recuerdos, que refuerzan la atmósfera de introspección. Alexander enciende la llama, y en ese momento, la película muestra cómo el fuego consume la estructura, simbolizando la purificación y la entrega total. Sin embargo, en medio de esa acción, se revela que la amenaza de guerra no solo es externa, sino también interna, pues algunos personajes, como un amigo cercano, han traicionado la confianza de Alexander y han intentado aprovecharse de la situación.
La traición se manifiesta cuando uno de los amigos de Alexander revela información confidencial a las autoridades, lo que pone en peligro a la familia y a la comunidad. A pesar de ello, Alexander mantiene su decisión de seguir adelante con su acto de sacrificio, creyendo que su fe y su amor pueden superar la traición y el mal. La escena culmina con la casa en llamas, y Alexander en medio del humo, en un estado de entrega total, convencido de que su acto puede abrir un camino hacia la redención y la paz interior.
La aparición de la esperanza y el acto final
Después de que la casa arde, Alexander se encuentra en un estado de profunda reflexión, donde la esperanza y la fe parecen ser las únicas fuerzas que le quedan. En ese momento, aparece la figura de María, que le transmite un mensaje de consuelo y de continuidad de la vida, simbolizando la esperanza en medio del caos. La película muestra cómo Alexander, en su interior, decide que debe seguir luchando por la vida y por la fe, a pesar de las pérdidas y las traiciones. La historia del árbol plantado por su hijo se vuelve un símbolo de esa esperanza, representando la vida que continúa a pesar de la destrucción.
En un acto de entrega definitiva, Alexander decide abandonar su pasado y aceptar la incertidumbre del futuro, confiando en que su sacrificio ha sido suficiente para abrir un camino de redención. La película termina con una escena en la que Alexander, rodeado de su familia, mira hacia el horizonte, donde el cielo se aclara y la esperanza parece renacer. La imagen final muestra cómo, a través del sacrificio, se puede encontrar un sentido de paz y de fe en la posibilidad de un mundo mejor, incluso en medio de la destrucción y la violencia que parecen inevitables.
La historia de la redención en medio del caos
La película narra cómo Alexander, en su acto de sacrificio, logra transformar su miedo en esperanza y su desesperanza en fe. La traición de sus amigos y la amenaza de guerra nuclear representan los obstáculos que debe superar para mantener su integridad y su fe en un mundo que parece condenado. La escena en la que enciende el fuego y la casa arde simboliza la purificación y la liberación de sus dudas, mientras que la aparición de María y la historia del árbol muestran que, incluso en medio del caos, la vida puede continuar y la esperanza puede renacer. La película concluye con la idea de que el amor y la fe pueden ser actos de redención que trascienden la destrucción física y espiritual.
En definitiva, Sacrificio de Tarkovski presenta una historia en la que un hombre enfrenta sus miedos más profundos y, a través de un acto de entrega total, busca salvar su alma y la de su familia. La película muestra que, incluso en los momentos más oscuros, la fe y la esperanza pueden ser las fuerzas que nos permitan seguir adelante, confiando en que el amor y la redención son posibles, incluso en un mundo al borde del colapso.