La naranja mecánica: Reflexiones sobre libertad y violencia

Resumen con spoilers de: La naranja mecánica (1971) de Stanley Kubrick (A Clockwork Orange)

Duración: 136 min.
Dirección: Stanley Kubrick
Guion: Stanley Kubrick (Novela: Anthony Burgess)
Fotografía: John Alcott
Música: Wendy Carlos, Erika Eigen
Reparto: Malcolm McDowell (Alexander DeLarge), Patrick Magee (Frank Alexander), Michael Bates (Jefe de guardia de prisión), Warren Clarke (Dim), John Clive (Actor), Adrienne Corri (Mary Alexander), Carl Duering (Dr. Brodsky), Paul Farrell (Mendigo), Clive Francis (Joe, el arrendatario), Michael Tarn (Pete), James Marcus (Georgie), Aubrey Morris (P. R. Deltoid), Michael Gover (Gobernador de la Prisión), Miriam Karlin (Miss Weathers), Philip Stone (Padre de Alex), Sheila Raynor (Madre de Alex), Godfrey Quigley (Capellán de la prisión).

La película La naranja mecánica inicia mostrando a Alexander DeLarge, un joven de 17 años que lidera una pandilla de delincuentes en un mundo futurista donde la violencia y la anarquía parecen dominar. Desde los primeros minutos, se revela que su vida está marcada por actos de ultraviolencia, como palizas, violaciones y robos, todos cometidos tras consumir leche con drogas en un bar llamado Korova, un lugar que simboliza la decadencia y la pérdida de moralidad. La historia se centra en cómo Alex disfruta de su libertad para hacer el mal, sin remordimientos ni restricciones, disfrutando especialmente de escuchar música clásica, en particular Beethoven, que para él representa la belleza y la libertad.

Mientras tanto, la narrativa muestra cómo su comportamiento violento lo lleva a enfrentarse con la justicia y a cometer un asesinato, lo que marca un punto de inflexión en su vida. Después de que su pandilla se involucra en un ataque brutal contra una mujer y un anciano, Alex termina siendo capturado por la policía. La historia se desarrolla en un contexto donde la violencia parece ser una forma de libertad personal, pero también una fuente de conflicto social y moral, que será explorado en los eventos posteriores.

La caída y el encarcelamiento

Luego de que Alex comete el asesinato de un escritor, quien resulta ser un viejo amigo de su pandilla, la policía logra capturarlo y lo enjuician por sus delitos. En la cárcel, Alex se enfrenta a un proceso de reeducación que busca convertirlo en un ciudadano «reformado», pero que en realidad busca controlar su voluntad. Es entonces cuando se le ofrece participar en un experimento llamado Ludovico, un método de rehabilitación que combina la exposición a películas violentas con drogas que inducen náuseas, con el objetivo de eliminar su capacidad de violencia y, en particular, su gusto por la música clásica, que en ese momento simboliza su libertad y placer personal.

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Durante las sesiones, Alex experimenta una profunda transformación, ya que la terapia logra que asocie la violencia con el malestar físico, privándolo de su libertad de elección. Después de completar el tratamiento, es liberado de prisión, pero su vida da un giro radical, ya que la sociedad y sus antiguos amigos lo rechazan, y la venganza de quienes ha herido comienza a cobrar forma. La película muestra cómo la pérdida de libertad interna, a través de la manipulación, puede tener consecuencias devastadoras en la identidad y en la autonomía del individuo.

La venganza y el rechazo social

Tras su liberación, Alex se enfrenta a un mundo que ya no lo acepta, y pronto descubre que su antigua vida de violencia ha dejado huellas profundas en quienes lo rodean. La venganza de un escritor viudo, que reconoce en Alex la causa de su sufrimiento y pérdida familiar, se convierte en uno de los conflictos principales. Este hombre, que ha sido víctima de las acciones de Alex, decide tomar justicia por su cuenta, sometiéndolo a una brutal venganza que casi le cuesta la vida, ya que lo golpea y lo deja en un estado vulnerable, en un acto que refleja la venganza personal y la justicia por mano propia.

Mientras tanto, Alex, que ha sido manipulado y controlado por el método Ludovico, comienza a experimentar una pérdida de su voluntad y de su capacidad para decidir por sí mismo. La película muestra cómo la venganza y el rechazo social se convierten en obstáculos que evidencian la fragilidad de la libertad individual cuando esta es sometida a control externo. La historia también revela que, aunque Alex parece haber sido «curado» de su violencia, en realidad ha sido sometido a una forma de esclavitud mental que le impide actuar libremente.

La recuperación y el control del Estado

En medio de su vulnerabilidad, Alex recibe la visita de un Ministro del Interior, quien representa la autoridad estatal y su interés en mantener el orden social. Este funcionario le ofrece una oportunidad de reintegrarse a la sociedad si apoya la rehabilitación del método Ludovico, sugiriendo que la libertad puede ser restaurada mediante la manipulación y el control. Entonces, Alex acepta la oferta, y tras un período de recuperación, se le permite salir en libertad, aunque con una nueva condición: ya no puede escuchar música clásica, especialmente Beethoven, que ahora simboliza para él la pérdida de su libertad y su identidad.

A partir de ese momento, Alex se enfrenta a un mundo en el que la libertad ha sido condicionada por la autoridad, y su vida se vuelve un reflejo de la lucha entre el control externo y la autonomía interna. La película muestra cómo el Estado busca imponer una moralidad uniforme, eliminando la capacidad de elección y, en consecuencia, la verdadera libertad. La historia continúa con Alex intentando adaptarse a su nueva realidad, pero siempre marcado por la pérdida de su voluntad y su capacidad de decidir entre el bien y el mal.

La aceptación de la nueva vida y el final inquietante

Finalmente, Alex, que ha sido sometido a la terapia Ludovico y ha sido manipulado para que no pueda actuar violentamente, comienza a aceptar su nueva existencia. Sin embargo, la película deja en el aire si esta aceptación es genuina o simplemente una forma de sumisión a la autoridad. En un momento clave, Alex se encuentra con antiguos amigos y víctimas que lo reconocen, y en una escena inquietante, uno de sus antiguos amigos, ahora convertido en un delincuente, lo traiciona y lo apuñala en un intento de venganza, dejando a Alex en un estado vulnerable y herido.

Mientras tanto, en una escena final, Alex se encuentra en un hospital, donde el Ministro del Interior lo visita y le ofrece un trabajo si apoya la rehabilitación del método Ludovico, sugiriendo que la libertad puede ser restaurada solo si se somete a la voluntad del Estado. La película termina con Alex en esa situación, dejando al espectador con una sensación de ambigüedad sobre si realmente ha recuperado su libertad o si simplemente ha sido sometido a un nuevo tipo de control, en un mundo donde la moral y la libertad parecen estar en manos de las instituciones.

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