Ran de Kurosawa: Tragedia épica en Japón feudal

Resumen con spoilers de: Ran (1985) de Akira Kurosawa

Duración:160 min.
Dirección:Akira Kurosawa
Guion:Akira Kurosawa, Hideo Oguni, Masato Ide (Basado en El Rey Lear de William Shakespeare)
Fotografía:Takao Saito, Masaharu Ueda
Música:Tôru Takemitsu
Reparto:Tatsuya Nakadai (Hidetora Ichimonji), Akira Terao (Taro), Jinpachi Nezu (Jiro), Daisuke Ryu (Saburo), Mieko Harada (Kaede), Yoshiko Myazaki (Sué), Masayuki Yui (Tango Hirayama), Kazuo Kato (Kageyu Ikoma), Peter (Kyoami), Hisashi Ikawa (Kurogane), Hitoshi Ueki (Nobuhiro Fujimaki), Jun Tazaki (Seiji Ayabe), Mansai Nomura (Tsurumaru), Norio Matsui (Ogura).

Ran de Akira Kurosawa es una obra maestra que adapta la tragedia clásica de William Shakespeare, El Rey Lear, trasladándola al Japón feudal. La historia gira en torno a Hidetora Ichimonji, un anciano señor de guerra que, en busca de mantener su legado, decide dividir su reino entre sus tres hijos, lo que desencadena una serie de conflictos familiares y políticos que terminan en una catástrofe. La película combina una narrativa épica con una puesta en escena grandiosa, mostrando la caída de un patriarca y la destrucción de su familia en medio de la guerra y la traición.

Desde el inicio, Kurosawa establece un escenario de violencia y ambición, donde las decisiones de Hidetora y la codicia de sus hijos provocan una espiral de traiciones y enfrentamientos. La historia se desarrolla en un entorno visualmente impresionante, con escenas de batallas épicas y paisajes naturales que reflejan la brutalidad y la futilidad de la guerra. La película profundiza en la psicología de sus personajes, especialmente en la figura de Hidetora, quien, al enloquecer, simboliza la fragilidad del poder y la inevitable decadencia.

La división del reino y las primeras traiciones

Hidetora, en su vejez, convoca a sus tres hijos, Taro, Jiro y Saburo, para anunciarles que dividirá su reino en partes iguales, confiando en que cada uno gobernará con justicia y lealtad. Mientras Taro y Jiro aceptan con ambición, Saburo, el hijo menor, se opone a la decisión, advirtiendo que la división solo traerá caos y destrucción, pero Hidetora, cegado por su orgullo, desestima sus advertencias. La decisión provoca tensiones inmediatas, y pronto, los hijos comienzan a mostrar su verdadera naturaleza, ansiosos por obtener más poder.

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A medida que pasa el tiempo, Taro y Jiro, los hijos mayores, comienzan a consolidar su autoridad, mientras que Saburo, que representa la lealtad y la honestidad, se enfrenta a la hostilidad de sus hermanos. La traición se manifiesta cuando Taro traiciona a su padre, enviándolo a un castillo aislado y desprotegido, en un intento de consolidar su poder. La separación física y emocional entre Hidetora y sus hijos marca el inicio de una serie de conflictos que escalarán en violencia y destrucción.

La caída de Hidetora y la guerra civil

Mientras tanto, Hidetora, aislado y en un estado de locura, comienza a perder la noción de la realidad, reflejando su caída en la decadencia. En su desesperación, busca refugio en un castillo, donde se encuentra con su hija, Lady Kaede, quien manipula la situación para sus propios fines. La traición de Taro y Jiro, junto con la influencia de Lady Kaede, generan un ambiente de caos y violencia en el reino, que pronto se convierte en una guerra civil abierta entre las facciones de los hijos.

La batalla se intensifica en escenas épicas, donde Kurosawa muestra la brutalidad de la guerra con escenas de batallas sangrientas y paisajes devastados. En medio de la violencia, Taro muere en combate, traicionado por sus propios hombres, mientras que Jiro, en un acto de crueldad, asesina a Taro en un momento de vulnerabilidad. La muerte de Taro marca un punto de no retorno, y Jiro se convierte en el nuevo líder, pero su reinado también está marcado por la traición y la violencia interna.

La traición de Jiro y la destrucción familiar

Jiro, ahora en el poder, continúa con su ambición desmedida, eliminando a sus rivales y consolidando su dominio. Sin embargo, su carácter despiadado genera enemistades y desconfianza entre sus seguidores. Lady Kaede, que ha manipulado a Jiro desde el principio, busca aprovechar la situación para su propio beneficio, traicionando a su propio hermano y aliándose con otros señores de la guerra en busca de poder. La traición se vuelve la constante en un reino desgarrado por la codicia y la violencia.

Mientras tanto, la familia de Jiro se desmorona. Su esposa y sus hijos pequeños son asesinados en medio de las luchas internas, y Jiro, cada vez más paranoico, se vuelve un líder despiadado y aislado. La destrucción de la familia se refleja en escenas de violencia y pérdida, donde la lealtad se convierte en una ilusión y la traición en la única realidad. La guerra continúa devastando todo a su paso, dejando un rastro de muerte y desolación.

La caída definitiva y la muerte de los personajes principales

Tras una serie de enfrentamientos, Jiro es traicionado y asesinado por sus propios hombres, que ya no soportan su tiranía. La guerra ha destruido casi por completo el reino, y solo quedan vestigios de la familia y la autoridad de Jiro. Lady Kaede, que ha manipulado a todos, termina siendo asesinada por sus propios aliados, en un acto de venganza y desesperación. Hidetora, que ha logrado escapar del castillo en llamas, aparece en un estado de locura total, vagando por el campo en busca de redención o paz, pero solo encuentra la muerte en un enfrentamiento final.

En los últimos momentos, Hidetora se enfrenta a su propia decadencia y a la pérdida de todo lo que una vez valoró. Mientras tanto, su reino y su familia han sido completamente destruidos, dejando solo un paisaje de ruinas y muerte. La película cierra con la imagen del anciano, solo y derrotado, simbolizando la fragilidad del poder y la inevitable caída de los imperios y las familias en medio de la guerra y la traición.

La historia de la destrucción y la soledad final

El último acto muestra a Hidetora, en su estado de locura, siendo testigo de la muerte de su hijo menor, Saburo, quien regresa para enfrentarse a su padre y salvar lo que queda de la familia. Sin embargo, Saburo también muere en un enfrentamiento con las fuerzas de Jiro, en un acto de sacrificio que no logra salvar a su familia. La escena final revela a Hidetora completamente solo, rodeado de cadáveres y destrucción, mientras la violencia y la traición han consumido todo a su paso.

En los últimos momentos, Hidetora se enfrenta a su propia fragilidad y a la pérdida de su poder, muriendo en un estado de desesperación y arrepentimiento. La película termina con una imagen de desolación, donde solo quedan las ruinas de un reino que fue destruido por la ambición y la traición, dejando una profunda sensación de pérdida y la inevitable decadencia de todo lo que fue construido con orgullo y poder.

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