El Irlandés : Comedia negra y crimen en Irlanda

Resumen con spoilers de: El irlandés (2011) de John Michael McDonagh (The Guard)

El Irlandés (2011), dirigida por John Michael McDonagh, es una película que combina elementos de comedia negra y crimen en un entorno irlandés, presentando un retrato mordaz y satírico de la vida en una pequeña localidad. La historia gira en torno al peculiar sargento Gerry Boyle, interpretado por Brendan Gleeson, un policía que se caracteriza por su actitud despreocupada, su humor ácido y su rechazo a las convenciones tradicionales, lo que lo convierte en un personaje atípico en el género policial. La película inicia con Boyle investigando un crimen en su pueblo, donde encuentra un cadáver con una hoja de la Biblia en la boca, una maceta en la mano y una pintada en la pared con la inscripción 5 ½, lo que marca el tono irónico y oscuro de la historia.

Mientras tanto, Boyle recibe la visita de un nuevo compañero, el agente McBride, enviado desde Dublín, quien resulta ser un personaje más formal y serio, en contraste con la actitud burlona de Boyle. La relación entre ambos se desarrolla en medio de bromas, insultos y una tensión constante, mientras se ven involucrados en una investigación que los lleva a enfrentarse con criminales y narcotraficantes que planean desembarcar un cargamento de 500 kilos de cocaína en las costas irlandesas. La película avanza en un ritmo que combina humor negro, violencia y una crítica social mordaz, estableciendo desde el principio un escenario donde la ley y el crimen se entrelazan de manera impredecible.

La investigación y los personajes en conflicto

Desde el inicio, Boyle y McBride se ven envueltos en la investigación del crimen inicial, que resulta ser solo la punta del iceberg de una trama mucho más compleja. Boyle, con su actitud irreverente, se muestra escéptico ante las autoridades y las instituciones, lo que genera fricciones con McBride, quien busca seguir los procedimientos tradicionales. La aparición de Wendell Everett, un agente del FBI, introduce un elemento de cooperación internacional, aunque rápidamente se evidencia que Boyle no tiene interés en seguir las reglas, lo que provoca tensiones con Everett, quien experimenta las bromas racistas y la actitud desafiante del policía irlandés.

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Por otro lado, la desaparición de Gabriela, la esposa croata de McBride, añade un conflicto personal a la trama. Gabriela acude a Boyle para denunciar la desaparición de su esposo, revelando que McBride era gay y que ella se casó con él para obtener permisos y respeto en su país. Mientras Boyle lidia con la enfermedad terminal de su madre y su actitud despreocupada, también se involucra en la búsqueda de McBride, sospechando que su desaparición no fue un suicidio, sino un asesinato. La tensión aumenta cuando Boyle descubre un coche abandonado que le hace sospechar que McBride fue asesinado, lo que lo lleva a enfrentarse a los criminales que intentan desembarcar la droga y que están dispuestos a eliminarlo para proteger sus intereses.

La traición y la lucha contra el crimen

A medida que Boyle profundiza en la investigación, descubre que los narcotraficantes han sobornado a las autoridades locales para facilitar la llegada del cargamento de cocaína. La traición de algunos oficiales y la corrupción en la policía local se vuelven evidentes, lo que complica aún más la situación. Boyle, con su carácter impredecible, logra deshacerse de uno de los asesinos con la ayuda de una pequeña arma del IRA, en un momento en que los criminales planean eliminarlo por su actitud desafiante y su tendencia a meterse en problemas. La tensión crece cuando Boyle confirma que McBride fue asesinado y no se suicidó, como inicialmente se pensaba, lo que le da una motivación adicional para enfrentarse a los criminales.

Mientras tanto, Gabriela confiesa que su esposo fue asesinado y no se suicidó, lo que confirma las sospechas de Boyle y aumenta la urgencia de detener a los narcotraficantes. La situación se vuelve más peligrosa cuando los criminales, confiados en su impunidad, planean un último movimiento para desembarcar la droga sin obstáculos. Boyle, junto con Everett, organiza un enfrentamiento en un lugar alejado, donde los criminales descargan tranquilamente la cocaína, creyendo que están seguros. La tensión alcanza su punto máximo cuando Boyle y Everett aparecen en escena, dispuestos a detener la operación y acabar con los criminales.

La confrontación final y la escena del barco

En el momento en que los narcotraficantes se sienten seguros y confiados en su impunidad, Boyle y Everett irrumpen en el lugar, enfrentándose a los criminales en una batalla que resulta violenta y caótica. Boyle, a pesar de estar herido en varias partes, logra enfrentarse a los narcotraficantes y acabar con ellos uno por uno, usando su ingenio y su arma del IRA. La pelea culmina con la muerte de los principales criminales, quienes intentan matar a Boyle en un último intento, pero él logra sobrevivir gracias a su astucia y a la ayuda de Everett, quien también resulta herido en el proceso.

Tras la batalla, Boyle es herido y se refugia en un barco cercano, donde la escena final muestra una explosión que hace estallar el barco, dejando abierta la posibilidad de que Boyle haya logrado escapar. La película termina con una imagen en la que Boyle, un gran nadador, aparece en el agua, dejando en el aire la duda de si logró sobrevivir a la explosión o si fue víctima de ella. La escena del barco en llamas y la incertidumbre sobre su destino refuerzan el tono irónico y abierto de la historia, dejando al espectador con la sensación de que, en medio del caos y la violencia, la suerte y la supervivencia permanecen en el aire, en una historia que combina humor, crimen y personajes atípicos en un entorno irlandés.