Copycat : Suspense y crimen en la imitación de asesinos

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Copycat es una película que combina elementos de thriller psicológico y crimen, centrada en la historia de una experta en asesinos en serie que se ve envuelta en una serie de asesinatos que imitan los crímenes históricos más famosos. La trama comienza cuando la doctora Helen Hudson, interpretada por Sigourney Weaver, se convierte en una figura clave en la investigación de estos asesinatos, pero su vida da un giro dramático tras un ataque por parte de un psicópata que la deja traumatizada y con una fuerte agorafobia. La policía, entonces, busca su ayuda para detener a un asesino que parece seguir un patrón de imitación, lo que aumenta la tensión y el suspenso en la historia.

Mientras tanto, la historia revela que el asesino en serie trabaja en un laboratorio y envía pistas codificadas, imitando a criminales históricos como el Estrangulador de Boston y otros. La tensión crece cuando la policía, liderada por M.J. Monahan y Ruben Goetz, intenta descifrar las pistas y detener al criminal antes de que vuelva a matar. La relación entre la experta y los agentes se vuelve fundamental para entender la mente del asesino, quien busca notoriedad y fama a través de sus crímenes, en un juego macabro que pone en riesgo a todos.

El inicio de la pesadilla y la primera víctima

La película comienza con la investigación de una serie de asesinatos en serie que imitan los crímenes de famosos asesinos en la historia criminal. La doctora Helen Hudson, reconocida por sus estudios sobre estos criminales, se encuentra en su oficina cuando recibe la noticia de un nuevo asesinato que replica el patrón del Estrangulador de Boston. Sin embargo, su vida da un vuelco cuando es atacada en su casa por Daryll Lee Cullum, un psicópata que la hiere gravemente y la deja traumatizada, lo que la obliga a retirarse de la escena pública y vivir en confinamiento.

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Tras el ataque, Helen se vuelve reclusa, incapaz de salir de su apartamento por su trauma, mientras la policía continúa investigando los asesinatos en serie. La tensión aumenta cuando un nuevo crimen ocurre, imitando los patrones de otros asesinos históricos, y la policía empieza a sospechar que un imitador está actuando siguiendo sus teorías. La presencia de Helen en la investigación se vuelve crucial, ya que su conocimiento puede ser la clave para entender la mente del criminal y detenerlo antes de que mate de nuevo.

La colaboración y la aparición del asesino

A medida que los asesinatos continúan, los agentes Monahan y Goetz deciden buscar la ayuda de Helen, quien inicialmente se muestra reacia debido a su trauma. Sin embargo, la evidencia apunta a que el asesino está enviando pistas codificadas y mensajes que solo alguien con su experiencia puede descifrar. Entonces, Helen acepta colaborar, y juntos comienzan a analizar las pistas, que revelan que el criminal está imitando diferentes asesinos en serie en un patrón que busca llamar la atención y obtener fama.

Mientras tanto, el asesino, que trabaja en un laboratorio, continúa enviando mensajes y pistas a la policía, además de secuestrar y matar a varias víctimas, incluyendo a Andy, el secretario de Helen. La tensión aumenta cuando se descubre que el criminal ha secuestrado a una joven llamada Sarah, quien es utilizada en un juego macabro para atraer a Helen y a los agentes. La historia se intensifica cuando Helen, Monahan y Goetz se enfrentan a la realidad de que el asesino busca reconocimiento y notoriedad, imitando a los criminales más famosos en un intento de dejar su marca en la historia criminal.

La confrontación en el edificio y la captura del asesino

La situación llega a un punto crítico cuando el asesino secuestra a Helen, llevándola a un edificio donde planea matarla en un juego macabro. Mientras tanto, los agentes logran rastrear la ubicación gracias a las pistas enviadas por el criminal, y llegan justo a tiempo para enfrentarse a él. En una confrontación tensa y violenta, el asesino intenta matar a Helen, pero ella logra escapar con la ayuda de los agentes, quienes finalmente logran abatirlo en un tiroteo.

Durante el enfrentamiento, se revela que el asesino, en realidad, es un hombre brillante pero perturbado que ha estado imitando diferentes asesinos en serie para obtener fama y reconocimiento. La policía descubre que su motivación principal es la obsesión por la notoriedad y la influencia que estos criminales tienen en la cultura popular. La captura del asesino pone fin a su ola de crímenes, pero deja en evidencia la peligrosidad de la imitación y la obsesión por la fama en los criminales en serie.

La escena final y las secuelas de la obsesión

Después de que el asesino es abatido, la película muestra a Helen recuperándose de su trauma, aunque todavía marcada por la experiencia. Sin embargo, en una escena inquietante, se revela que Daryll Lee Cullum, desde la cárcel, escribe una carta a un seguidor, ofreciendo las bragas de Helen para que continúe su obra. Este acto sugiere que la influencia de los criminales en serie puede extenderse más allá de su captura, dejando abierta la posibilidad de futuras imitaciones y continuaciones de su legado macabro.

La película termina con una nota inquietante, resaltando la obsesión por la fama y la influencia que estos criminales ejercen en la cultura popular. La figura del asesino en serie, ahora muerto, deja un legado que puede ser replicado por otros, y la amenaza de nuevas imitaciones queda latente, mostrando que la historia de los crímenes en serie puede repetirse en cualquier momento si no se toman las precauciones adecuadas.