Resumen con spoilers de: Ocho sentencias de muerte (1949) de Robert Hamer (Kind Hearts and Coronets)
Duración: | 106 min. |
Dirección: | Robert Hamer |
Guion: | Robert Hamer, John Dighton (Novela: Roy Horniman) |
Fotografía: | Douglas Slocombe |
Música: | Ernest Irving |
Reparto: | Dennis Price (Louis Mazzini), Alec Guinness (Ethelred, Reverendo Henry, General Rufus, Almirante Horatio, Lord Ascoyne D’Ascoyne, Joven D’Ascoyne, Henry D’Ascoyne, Agatha D’Ascoyne), Joan Greenwood (Sibella), Valerie Hobson (Edith), Audrey Fildes (Madre), John Penrose (Lionel). |
La película Ocho sentencias de muerte (1949), dirigida por Robert Hamer, es una sátira mordaz que explora la ambición desmedida y la corrupción en la sociedad británica de la época. Basada en la novela de Roy Horniman, la historia sigue a Louis D’Ascoyne Mazzini, un hombre de origen humilde que busca ascender socialmente a toda costa, sin importar los medios. La trama revela cómo su deseo de poder y venganza lo lleva a cometer una serie de crímenes que culminan en un juicio que pone en evidencia la hipocresía de la aristocracia y la justicia.
Desde el inicio, la historia presenta a Louis como un personaje astuto y despiadado, dispuesto a eliminar a quienes se interponen en su camino para obtener el ducado de Chalfont. La narrativa se desarrolla en un tono oscuro y satírico, mostrando cómo su ambición lo lleva a planear y ejecutar asesinatos con precisión calculada. La película combina humor negro con una profunda crítica social, dejando en claro que la corrupción y la ambición pueden corromper incluso los valores más arraigados en la nobleza.
La ambición de Louis y su primer asesinato
Louis D’Ascoyne Mazzini comienza su camino hacia la cima con un plan meticuloso para heredar el ducado de Chalfont, que actualmente pertenece a la familia aristocrática D’Ascoyne. Para lograrlo, decide eliminar a los miembros de la familia que se interponen en su camino, empezando por el último heredero legítimo, el joven duque, quien está a punto de heredar el título y las propiedades. Louis, entonces, orquesta un accidente en el que el duque muere en una caída desde un balcón, simulando un accidente para que parezca natural. La muerte del duque le permite a Louis consolidar su posición y comenzar a ascender en la escala social, sin que nadie sospeche de su implicación.

Mientras tanto, Louis continúa con su plan, envenenando a otros miembros de la familia y manipulando situaciones para que parezcan accidentes. La estrategia de Louis es fría y calculadora, y logra que la mayoría de los miembros de la familia mueran en circunstancias sospechosas pero sin pruebas concluyentes. La muerte del último heredero legítimo, el duque, le permite finalmente heredar el título y las propiedades, logrando así su objetivo de convertirse en duque de Chalfont. Sin embargo, su ambición no se detiene allí, y su deseo de poder lo lleva a enfrentarse a nuevas amenazas y conflictos.
La relación con Sibella y la traición
Tras heredar el ducado, Louis se casa con Edith, una mujer que busca su propio beneficio y que también está dispuesta a manipular la situación para obtener ventajas. Sin embargo, su relación con Sibella, una mujer egoísta y manipuladora, se vuelve crucial en la trama. Sibella, que también busca su propio beneficio, se convierte en una aliada y enemiga a la vez, ya que su carácter egoísta la lleva a traicionar a Louis en varias ocasiones. La tensión entre ambos personajes se intensifica cuando Sibella revela que está dispuesta a traicionarlo si eso le permite obtener una posición más favorable, lo que genera un conflicto interno en Louis.
Por otro lado, Louis se enfrenta a la sospecha de que alguien podría estar investigando sus crímenes, especialmente cuando un detective de Scotland Yard comienza a sospechar de su participación en las muertes. La relación entre Louis y Sibella se vuelve más tensa, ya que ella busca aprovecharse de la situación para su propio beneficio, incluso si eso significa traicionarlo. La traición de Sibella y la sospecha que recae sobre Louis generan una atmósfera de tensión y paranoia que mantiene al espectador en vilo, mientras él intenta mantener su fachada de nobleza y control.
La acusación y el juicio
La situación se complica cuando Louis es acusado del asesinato de Lionel Holland, esposo de Sibella, quien muere en circunstancias sospechosas. Holland, un joven que también busca su propio beneficio, había estado en conflicto con Louis por motivos personales y económicos. La acusación contra Louis se basa en las evidencias circunstanciales, pero la presencia de privilegios de nobleza le permite acceder a un juicio en la Cámara de los Lores, donde la justicia parece ser más indulgente con él. Durante el proceso, Louis mantiene una actitud arrogante y segura, confiando en su posición social para evitar la condena.
El juicio se desarrolla en un tono irónico, con Louis defendiendo su inocencia y alegando que las muertes fueron accidentes. Sin embargo, la clave del caso aparece cuando se descubre una nota de suicidio de Holland, que revela que el joven esposo decidió quitarse la vida para escapar de la situación. La nota, que llega en el momento justo, cambia radicalmente el rumbo del juicio, ya que demuestra que Holland no fue asesinado, sino que se suicidó. La aparición de esta prueba permite que Louis escape de la pena de muerte, dejando en evidencia la manipulación y la corrupción en el sistema judicial.
La huida y la celebración del poder
Tras la revelación de la nota de suicidio, Louis logra escapar de la horca en un giro irónico y sorprendente. La justicia, que parecía estar a punto de condenarlo, se ve frustrada por la evidencia que demuestra su inocencia aparente, aunque en realidad sus crímenes permanecen sin ser completamente esclarecidos. Aprovechando su libertad, Louis continúa con su ascenso social, celebrando su victoria y consolidando su posición como duque de Chalfont. La película muestra cómo su ambición lo ha llevado a manipular y traicionar a todos a su alrededor, sin que nadie pueda detenerlo.
Mientras tanto, en la escena final, Louis se casa con Edith, la mujer que ha sido su compañera en la búsqueda del poder, en una ceremonia que simboliza su triunfo y su dominio absoluto. La presencia de un detective de Scotland Yard que aún sospecha de sus crímenes deja una sombra de duda sobre su verdadera inocencia, pero Louis logra mantener su fachada de nobleza y poder. La historia termina con una celebración de su ascenso y la consolidación de su ambición, dejando en evidencia la corrupción y la hipocresía que permea toda la trama. La película cierra con una nota de ironía, mostrando cómo la ambición puede llevar a la destrucción o a la victoria, dependiendo del punto de vista.
La historia de la ambición y la justicia en la película
Desde el inicio, la historia narra cómo Louis D’Ascoyne Mazzini, impulsado por su deseo de ascenso social, decide eliminar a todos los miembros de la familia D’Ascoyne que se interponen en su camino para heredar el ducado de Chalfont. La serie de asesinatos que comete, incluyendo envenenamientos y accidentes, le permite ascender en la escala social, logrando finalmente convertirse en duque tras la muerte accidental del último heredero legítimo. La simulación de un accidente para hacer parecer la muerte del duque como algo natural refleja la frialdad y la planificación meticulosa de Louis, que no duda en manipular la realidad para sus propios fines.
A medida que avanza la trama, Louis se enfrenta a la justicia cuando es acusado del asesinato de Lionel Holland, esposo de Sibella, en un juicio que parece favorecerlo por su condición de noble. Sin embargo, la aparición de la nota de suicidio de Holland cambia el curso del proceso, demostrando que el joven decidió quitarse la vida para escapar de sus problemas. La irónica resolución del caso permite que Louis escape de la pena capital, dejando en evidencia la corrupción del sistema y la hipocresía de la aristocracia. La historia concluye con su triunfo, su boda con Edith y la celebración de su poder, en un escenario donde la ambición y la justicia parecen estar en constante conflicto, pero finalmente se inclinan a favor del protagonista.